jueves, 11 de noviembre de 2010

Importancia sobre la recuperación de la Memoria Histórica en el abordaje e intervención Psicosocial en <<Desplazamientos Forzados>>.


La necesidad y el derecho del ser humano a permanecer en un espacio territorial y de establecer relaciones sociales que le permitan ir descubriendo sus propias capacidades de autorrealización, así como el ser consiente cada vez más de la existencia en la realidad de países subdesarrollados de Desplazamientos Forzados (como una de las múltiples problemáticas que sufre nuestra sociedad humana, actualmente.) y, un interés personal por este camino de búsqueda en la plenitud y autorrealización del ser humano, así como el haber estado en contacto con personas migrantes centroamericanas en el norte del México, que de una u otra forma viven este proceso de desplazamiento forzado y que se dirigen a los Estados Unidos de Norteamérica en búsqueda de una mejor vida y oportunidades de crecimiento y realización, debido a que en sus países de origen, no encuentran las oportunidades de crecimiento que les permitan llevar una vida digna o más digna, para ellos y sus familiares; me han llevado a concientizarme de la necesidad que puede llegar a aportar una verdadera eficacia y eficiencia de la psicología social a los individuos de una sociedad determinada. Es por eso que desde este aporte eficaz y eficiente de la psicología social, a la realidad cotidiana de una sociedad determinada, desde este hacer útil los aportes de la psicología social a los individuos que cuentan con menos capacidades descubiertas de autorrealización, considero importante y necesario, la recuperación de una Memoria Histórica que se centre y se posicione desde las mayorías populares.


Hablar de la importancia de recuperar la memoria histórica, es hablar de un retomar y reconstruir la acción humana, en cuanto relación interpersonal e intergrupal en la cotidianidad de vida de una sociedad y que se encuentran en relación desde intereses que pueden estar encontrados o conflictuados entre sí, del paso y que son traídos al presente con el objetivo básico y fundamental de reintegrar armónicamente la historia vivida con las exigencias y necesidades de un cambio imperante en la realidad actual, que le permita a la sociedad una mayor dignidad de vida así como un constante descubrimiento de sus capacidades de autorrealización.

La importancia de recuperar una memoria histórica en las sociedades que experimentan esta problemática del Desplazamiento Forzado, es ir en búsqueda de un sentido en la interpretación de la propia herencia histórica, que le permita ir encontrando al individuo, a la colectividad, que experimentan o ha experimentado este Desplazamiento, una identidad digna de ser reconocida y valorada, permitiéndoles ir reparando ese tejido social que de una u otra manera a atentado contra su equilibrio y salud mental. Este ir re-integrando y re-significando la propia historia colectiva, los hace ir reconstruyendo el propio sentido de identificación y pertenecía que les da fundamento y bases para solidificar su propia dignidad como personas y sociedad, que ante esta problemática de obligarse y ser obligados a desplazarse de un lugar a otro, su dignidad ha sido cuartada dejándoles ante la vulnerabilidad del cambio a lo desconocido.


“Considerando… que el hombre es un animal suspendido en redes de significado que al mismo tiempo ha tejido, la cultura hace parte de esas redes, y su análisis no se logra por medio de la ciencia experimental en búsqueda de leyes, sino por medio de una ciencia interpretativa en búsqueda de significados.” Geertz, 1973, p.5

Es por eso que la importancia de recuperar la memoria histórica, en la experiencia de Desplazamientos Forzados, recae en el talante de una re-construcción de significados de la propia identidad tanto colectiva como individual dentro de sus ámbitos de relaciones interpersonales e intergrupales, como lo son las familias, sus trabajos, el grupo de amigos, el vecindario donde vivían, etc., así como la re-significación e integración de sus propias costumbres socio-culturales en su nueva realidad actual, que le permita ir re-formulando, re-construyendo y re-significando su propio sentido de Vida.



domingo, 31 de octubre de 2010

Desplazamiento Forzado



Conceptualización Teórica.

El desplazamiento se puede entender como un movimiento compulsivo de una determinada población, subyacente de razones que se relacionan con la existencia y la seguridad de las personas de dicha población, donde dicho fenómeno es considerado, esencialmente desde un orden demográfico, sociológico y político. Por otro lado, La Observación General No. 7 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), considera que:

El empleo de la expresión "desalojos forzosos" es en cierto modo problemático. Esta
expresión pretende transmitir el sentido de arbitrariedad e ilegalidad. Sin embargo,
para muchos observadores la referencia a los "desalojos forzosos" es una tautología,
en tanto que otros critican la expresión "desalojos ilegales" por cuanto que supone
que la legislación pertinente brinda una protección adecuada y se ajusta al Pacto,
cosa que no siempre es así en absoluto. Asimismo, se ha señalado que el término
"desalojos injustos" es aún más subjetivo dado que no se refiere a ningún marco
jurídico. La comunidad internacional, especialmente en el contexto de la Comisión de
Derechos Humanos, ha optado por la expresión "desalojos forzosos" sobre todo
teniendo en cuenta que todas las alternativas propuestas adolecían también de
muchos de esos defectos. Tal como se emplea en la presente Observación general,
el término "desalojos forzosos" se define como el hecho de hacer salir a personas,
familias y/o comunidades de los hogares y/o las tierras que ocupan, en forma
permanente o provisional, sin ofrecerles medios apropiados de protección legal o de
otra índole ni permitirles su acceso a ellos. Sin embargo, la prohibición de los
desalojos forzosos no se aplica a los desalojos forzosos efectuados legalmente y de
acuerdo con las disposiciones de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos.

De acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario (DIH), que se encarga de regular y proteger a las víctimas de los conflictos internacionales y no internacionales, expresa que: Las personas desplazadas en el interior de su propio país están protegidas en virtud de las normas del derecho internacional humanitario, que confiere una amplia protección a la población civil. La finalidad de dichas normas es, en particular, proteger a las personas civiles contra los efectos de las hostilidades; por ejemplo, está prohibido atacarlas, aterrorizarlas, utilizar contra ellas el hambre como método de combate, así como destruir los bienes indispensables para su supervivencia. En un conflicto interno, las personas desplazadas están protegidas en virtud del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra, donde se refiera que:

En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional y que surja en el territorio de una de las Altas Partes Contratantes, cada una de las partes en conflicto tendrá la obligación de aplicar, como mínimo, las siguientes disposiciones:

1)      Las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa, serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la raza, el color, la religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier otro criterio análogo.
A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las personas arriba mencionadas:

a)      Los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios.

b)      La toma de rehenes.

c)      Los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos
      humillantes y degradantes.

d)     Las condenas dictadas y las ejecuciones sin previo juicio ante un tribunal legítimamente constituido, con garantías judiciales reconocidas como indispensables por los pueblos civilizados.

2)      Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos.

Un organismo humanitario imparcial, tal como el Comité Internacional de la Cruz Roja, podrá ofrecer sus servicios a las partes en conflicto.

Además, las partes en conflicto harán lo posible por poner en vigor, mediante acuerdos especiales, la totalidad o parte de las otras disposiciones del presente Convenio. La aplicación de las anteriores disposiciones no surtirá efectos sobre el estatuto jurídico de las partes en conflicto.

Contextualización.

El país que he escogido para reflexionar el tema de “Desplazamiento Forzado”, en este módulo, es el país de África, Sudan. Sudán, es un país, donde podemos encontrarnos actualmente con una crisis de violencia palpable.



De acuerdo con Amnistía Internacional: El Darfur de hoy, es un lugar de violencia e inseguridad, donde resulta fácil conseguir armas, y cuya población se encuentra atrapada en un laberinto de ataques armados cada vez más complicado. Las fuerzas paramilitares, armadas por el gobierno sudanés, son cada vez más fuertes, mientras que siguen surgiendo nuevos grupos armados de oposición. A menudo se producen combates entre grupos (e incluso etnias) que antes formaban parte del mismo bando. Sin embargo, hay algo que no ha cambiado: es la población civil la que sigue pagando las consecuencias.

·         Según los cálculos de las Naciones Unidas, 4,2 millones de personas dependen en Darfur de la ayuda humanitaria. De ellas, 2,2 millones se concentran en campos para desplazados.
·         La población sigue huyendo. Entre enero y agosto de 2007, según cifras de la ONU, huyeron casi 250.000 personas, algunas de ellas por tercera o cuarta vez.

Durante años, las personas desplazadas han pedido la protección de una fuerza de la ONU. Por fin, tres años después de la aprobación de una resolución por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, éste ha establecido una fuerza híbrida de la Unión Africana y la ONU para mantener la paz, integrada por más de 26.000 personas, y el gobierno sudanés ha autorizado su entrada en el país.



Según elmundo.es, al hablar de la crisis de Darfur, como El nuevo genocidio africano, dice: Tras este enfrentamiento, que amenaza los acuerdos de paz que podrían poner fin a 21 años de guerra civil entre el norte y el sur, se esconden motivaciones religiosas y étnicas, pero sobre todo económicas.

El origen de la crisis

Los rebeldes acusan a las autoridades de Jartum de favorecer económicamente a las comunidades árabes del norte (islamistas), en detrimento de esta desértica región habitada por numerosas tribus de raza negra (musulmanes), así como de ejercer una fuerte represión sobre ellas condenándolas al subdesarrollo. Ésta es la razón principal que esgrimieron el SLA y el JEM, cuando en febrero de 2003 decidieron atentar contra intereses gubernamentales, para obligar al Ejecutivo a acabar con su 'marginación histórica'. Para responder a estos ataques, el Gobierno decidió armar a los Janjaweed y les dio carta blanca para actuar.

Las consecuencias del conflicto

La política de tierra quemada llevada a cabo por las milicias árabes ha causado más de 300.000 muertos y obligado a huir de sus hogares a más de 2,7 millones de personas.

La mayoría se han convertido en desplazados internos dentro del país. Otros cientos de miles de personas han huido a los vecinos países de Chad y de la República Centroafricana. Muchos de ellos se encuentran refugiados en los campamentos del ACNUR y otras organizaciones humanitarias, de cuya ayuda dependen para sobrevivir. El resto están diseminadas a lo largo de la zona fronteriza, en condiciones extremas.
Las ONG, que llevan años pidiendo ayuda para los civiles, acusan a estas milicias de quema de aldeas, violaciones en masa, asesinatos indiscriminados y otros atentados contra los derechos humanos. La ONU no dudó en comparar la limpieza étnica que sufre esta región africana, con el genocidio ocurrido hace una década en Ruanda.

Demandas de los rebeldes

El SPLA y el JEM reclaman para Darfur una parte proporcional de la tarta de beneficios de un país en el que lo ingresos del petróleo suponen el 75% de las exportaciones. También quieren una reforma política que otorgue mayor protagonismo y autonomía a la región y participar en el proceso de paz. El 5 de mayo de 2006, el principal grupo rebelde de Darfur y el Gobierno de Sudán alcanzaron un acuerdo de paz "con reservas". Sin embargo, otras dos formaciones disidentes se negaron a firmar el tratado. El 31 de julio de 2007 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad el envío de una fuerza de pacificación a Darfur para proteger a los civiles desplazados. Tres días después, ocho facciones rebeldes se reunieron en Tanzania para negociar conjuntamente un acuerdo general de paz con el Gobierno de Jartum, que podría dar sus frutos en otoño.

Desde entonces ha habido numerosos intentos por alcanzar la paz, pero todos han resultado infructuosos.

La respuesta internacional

Amnistía Internacional (AI) ha instado a la Comunidad Internacional a adoptar medidas de protección para los miles de desplazados de Darfur. La organización pide ayuda material y económica para las víctimas de la guerra y acusa al Gobierno de Jartum de obstaculizar el acceso a los suministros médicos y alimentos, así como de minimizar las repercusiones de la crisis. Por su parte, Médicos Sin Fronteras ha denunciado reiteradamente el estancamiento de esta crisis olvidada, que afecta ya a toda la región.
El Consejo de Seguridad de la ONU acordó en su día sancionar a Sudán si no toma medidas para acabar con esta situación, pero el conflicto se extiende y aumenta el número de damnificados, ante la impotencia de las organizaciones. Humanitarias.

Análisis del Trauma Psicosocial.

El impacto manifiesto de la situación de guerra en Darfur, Sudán África, se refleja en la experiencia que los afecta de tal manera, que los obliga a un desplazamiento forzado, abandonando su territorio, ambiente y relaciones establecidas de dicha determinada población.



Partiendo de la postura de que, los seres humanos somos productos históricos. Podemos encontrar, dicho trauma (herida) psicosocial, en la población Sudanence, en una afectación en sus raíces, desde su realidad de violencia, donde su misma naturaleza se fue y se ha ido alimentando dentro de esta realidad en sus relaciones individuales y sociales, donde dichas mediaciones, institucionales, grupales e individuales, llegan a cobrar un sentido, tanto inconsciente como consiente, de dicha problemática y en su formación del trauma psicosocial.

Partiendo de los cambios cognoscitivos y comportamentales, en el deterioro de las capacidades del ser humano, en situación de guerra, propuestos por Joaquín Samoya, en relación con el escenario que vive la población Sudanence, se pueden interpretar desde este deterioro, si se parte fundamentalmente de la situación de guerra en la que ellos se encuentran sobreviviendo, y por otro lado, este deterioro, sin duda es influenciado por las crisis que llega a arrastrar la propia guerra, la capacidad del ser humano que se ve afectada a partir de este desplazamiento forzado y específicamente envuelto en una situación de guerra, es aquella capacidad de pensar lucidamente, ya que partiendo desde una inestabilidad social, política, territorial, y cultural entre otras, los lleva a la posibilidad de ser influenciados en su comprensión de la realidad, desde los obstáculos de la desesperación, el miedo y desde las limitaciones que puede ocasionarles la urgente  necesidad de encontrar una sentido a la situación que los aflige, la capacidad de comunicarse con veracidad se llega a deteriorar, ya que las mismas circunstancias los obligan a la obtención de una limitada o alterada información de la situación política y social de guerra, por la que pasan, donde dicha información se encuentra en beneficio y a favor de unos cuentos, la experiencia de haber dejado un patrimonio, los puede llegar a alterar en su sensibilidad frente al dolor ajeno y por otro lado su sentido de esperanza se puede ver perjudicado constantemente, desde las situaciones de peligro que continuamente enfrentan.

Otra de las consecuencias que podemos ver reflejadas en este trauma psicosocial, dentro de una situación de guerra y en particular en la experiencia de un desplazamiento forzado, es la absolutización, idealización y rigidez ideológica de las situaciones y manifestaciones políticas en la que se encuentran viviendo, fortaleciendo aún más su experiencia de fatalismo, que no es más que esta actitud ante la vida de estos sectores marginales que desde siempre han carecido su poder social.

Por otro lado, estas experiencias de desplazamiento forzado de una determinada población, en situación de guerra, los lleva a una cristalización de sus relaciones sociales.

Partiendo de que el ser humano es producto de su historia peculiar, en la que se establecen una seria de relaciones sociales que van tomando cuerpo en las personas.

Las principales relaciones sociales que llegan a verse cristalizadas en esta determinada población, son relaciones de competencia y rivalidad por el poder político, donde en un clima imperante de guerras, de destrucción,  y amenazas, la exposición a la continua violencia y a un constante cambio en su búsqueda de supervivencia y seguridad, los puede estar llevando quizá, a una devaluación de su propia imagen y a una crisis de identidad, subyacente de los constantes cambios territoriales de sus propias tribus y pueblos Sudanences, donde probablemente pueden llegar a experimentar esa privación de una organización de vida, a partir de sus propios valores étnicos, culturales, sociales y políticos, sobre todo aquellos que se pueden ver amenazantes para los valores instituidos por el régimen político establecido y gobernante, tanto que, las fuerzas militares de dicha población, pueden llegar a influir en las relaciones interpersonales, a tal grado, en sus formas de pensar sentir y actuar,  interviniendo por medio de amenazas y una constante exposición a situaciones violentas de aquellos que logran ser peligrosos para el establecimiento del grupo de poder.

Referencias.





miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ignacio Martín Baró SJ (1942 - 1989)


Cronología Biográfica.

ü  Nació en Valladolid el 7 de septiembre de 1942.
ü  Entro a la Compañía de Jesús de Orduña, el 28 de septiembre de 1959.
ü  A finales de septiembre de 1961, lo enviaron a la Universidad Católica de Quito, donde estudio humanidades clásicas en 1961 y 1962.


ü  Después lo enviaron a Bogotá, donde estudió filosofía en la Universidad Javeriana.
ü  En 1964 obtuvo el bachillerato en filosofía y al año siguiente la licencia en filosofía y letras.
ü  En 1966 regresó a El Salvador.
ü  Sus superiores lo enviaron a enseñar al Colegio Externado, donde fue profesor e inspector hasta 1967.
ü  Comenzó a dar clases en la UCA.
ü  En 1967 para estudiar teología en Frankfurt, Lovania y San Salvador, donde hizo su último año.
ü  En 1970 obtuvo su bachillerato en teología en Eegenhoven en 1970.


ü  Una vez terminada la teología comenzó sus estudios de psicología en la UCA, donde, además, era profesor.
ü  En 1975 obtuvo la licencia en esta materia.
ü  Entre 1972 y 1975 fue decano de estudiantes y miembro del Consejo Superior Universitario.
ü  Entre 1971 y 1974 fue jefe del Consejo de redacción de ECA.
ü  En 1975 y 1976, fue su director.
ü  En 1971 y 1972 dio clases de psicología en la Escuela Nacional de Enfermería de Santa Ana.


ü  Estudio un postgrado en psicología en Estados Unidos.
ü  En 1977 obtuvo la maestría en ciencias sociales en la Universidad de Chicago.
ü  Obtuvo el Doctorado en Psicología Social en 1979, por la Universidad de Chicago.
ü  En la tesis de la maestría escribió sobre las actitudes sociales y los conflictos grupales en El Salvador.


ü  En la tesis del Doctorado, escribió sobre la densidad poblacional en las clases bajas salvadoreñas.


ü  Terminados sus estudios regresó a San Salvador y a la UCA, donde reanudó sus clases de psicología.
ü  Desde 1981 fue vicerrector académico y miembro de la junta de directores.
ü  En 1989, al dividirse en dos esa vicerrectoría, se convirtió en vicerrector de postgrado y director de investigaciones.
ü  En 1982 asumió la dirección del departamento de psicología.


ü  En 1986 fundó y dirigió el Instituto Universitario de Opinión Pública.
ü  Muy pronto se interesó en la psicología social y de sus primeras clases salió su primer libro en 1972, “Psicodiagnóstico de América Latina”.
ü  Después siguieron otros textos universitarios, en los cuales integró la psicología social tradicional en el contexto de la guerra civil salvadoreña.
ü  En 1986, como una proyección de la psicología social, emprendió con gran entusiasmo la fundación del Instituto de Opinión Pública (IUDOP) y comenzó a trabajar compulsando la opinión pública sobre los procesos y problemas importantes.


ü  Al preguntar por las raíces de la guerra, fue objeto de fuertes críticas y a veces de la ira de la extrema derecha salvadoreña.
ü  Cuando el IUDOP encontró niveles muy bajos de identificación partidaria, disgustó a muchos de los políticos nacionales.
ü  Cuando dio a conocer los resultados de la encuesta sobre el Debate Nacional, mostrando un fuerte apoyo popular para el diálogo y la negociación, un periódico matutino lanzó un furioso ataque contra el IUDOP.
ü  En 1988, el P. Martín-Baró y otros colegas de Centroamérica, México y Estados Unidos establecieron el Programa Centroamericano de Opinión Pública para unir a los institutos universitarios de opinión pública. 


ü  El P. Martín-Baró estaba preocupado por los abusos de las encuestas de opinión pública por parte de los gobiernos y de ciertas firmas comerciales.
ü  Bajo su dirección el Programa Centroamericano de Opinión Pública desarrolló un código profesional de prácticas y éticas para guiar a los encuestadores centroamericanos.
ü  En los últimos meses de su vida dirigió la preparación de informes del estudio político más grande de Centroamérica, el cual consiste de cuatro mil entrevistas en profundidad hechas en El Salvador, Costa Rica y Nicaragua.
ü  Estaba organizando, además, una comisión internacional de académicos para monitorear y evaluar todas las encuestas pre-electorales de Nicaragua.
ü  El P. Martín- Baró fue un universitario a quien la UCA debe mucho.
ü  La gente de Jayaque (colonia de la parroquia a la que él prestó sus servicios de sacerdote) recuerda su última homilía, en la cual, dicen, estuvo muy lúcido, como si previera lo que iba a pasar. Todavía se oye su último grito,"¡Esto es una injusticia, son ustedes una carroña!".


ü  Murió asesinado, por un comando del ejército salvadoreño el 16 de noviembre de 1989, junto a otros sacerdotes; Ignacio EllacuríaSegundo MontesJuan Ramón MorenoAmando López, y Joaquín López y López. Además fue asesinada una mujer (Elba Ramos) y su hija menor de edad (Celina) que trabajaban en la residencia donde habitaban los sacerdotes.

Bibliografía.

1.      Departamento de Psicología Social, UCA (recuperado en 2010, agosto). Disponible en: http://www.uca.edu.sv/martires/nachob.html

2.      Wikipedia, Enciclopedia Libre (recuperado en 2010, agosto). Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Martín-Baró


Contexto Social en el que vivió.



El adentrarnos a la vida y obra de Ignacio Martín Baró, nos conduce a la necesidad de conocer las características que son básicas y representativas del ambiente social histórico en el que se vio envuelto a lo largo de su vida en El Salvador; y que lo acompaño como motor principal, para la elaboración de su trabajo como psicólogo social, al tratar de formular una “Psicología de la Liberación.”
Dentro de las características principales que describen la obra de Martín-Baró podemos encontrar las siguientes tres:

1.      Su economía y modelo de desarrollo dependiente.
2.      Su "heterogeneidad estructural".
3.      Su enorme inestabilidad socio-política. (2)

Interactuando con estas tres caracterizas, encontramos el imparable crecimiento demográfico de 60 millones de habitantes en 1900 a 140 en 1950, lo que nos da a entender que estas tres características combinadas con este incremento en la población, llegan a incurrir aun más en un incremento de pobreza y subdesarrollo. 

Todo esto se llego a convertir en una bomba de presión para que en la década de los años 70s, llegara a iniciar a configurase lo que llegaría a ser la guerra civil de El Salvador, uno de los primero pasos que se dieron en esta configuración del conflicto armado seria que, el Partido Comunista de El Salvador se separara, para formar fuerzas de una parte de la población que llevo a comenzar los conflictos armados.

La situación social en la que se encontraba El Salvador en época de Martín-Baró, era de una alteración política significativa en la que partidos nacionales se aliaban entre sí en búsqueda del poder político del país, a través de la Presidencia de la republica de El Salvador. 


Todo esto llego a desembocarse en golpes de estado e imposiciones del triunfo de la presidencia de la republica de El Salvador, por parte de los militares, provocando inestabilidad política y social en el país, estallando la bomba de presión, en 1981, la guerra civil, donde se mantenía un equilibrio entre el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) y la fuerza armada; reflejándose fuertemente en un desequilibrio demográfico, económico, social e incluso cultural.


“Las transformaciones sufridas por el conjunto de la estructura social salvadoreña son muy profundas a consecuencia de esta guerra. La economía pasa a ser rápidamente una «economía de guerra» y «para la guerra». La política adquiere otro carácter: por un lado, en el polo gubernamental se busca la institucionalización de un nuevo régimen político excluyente de las fuerzas populares, que a su vez articule un consenso necesario; y en el polo revolucionario se concibe a la política de dos formas íntimamente articuladas: la lucha por consolidar su hegemonía en el conjunto de los sectores sociales del país, principalmente los populares, y la lucha internacional para lograr su reconocimiento y el aislamiento del régimen.” 1


Por otro lado la emigración de una gran cantidad de población salvadoreña por efecto directo de los peligros que se corrían al vivir en zonas de combate en la guerra civil y por efecto indirecto por los desplazamientos forzosos o por la necesidad de encontrar medios de vida alternativos, hacen que las poblaciones que en su mayoría se encontraban campesinas huyan o sean forzadas a emigrar tanto en el interior del país, a diferentes zonas del territorio nacional, como al exterior de El salvador.

Se habla alrededor de una población de un millón de habitantes que se vieron con la necesidad de emigrar tanto dentro como fuera del territorio nacional, donde Estados Unidos, ocupa el principal país al cual emigro la población salvadoreña. 

Otro de los factores significativos que ocurrieron en la época de vida de Martín Baró, específicamente en la década de los 80s fue el apoyo de parte de Estados Unidos a numerosos regímenes latinoamericanos entre ellos El Salvador; donde lo que vino a provocar un mayor compromiso financiero de parte de esos países, justificándose con la planeación de un futuro de mayor desarrollo económico, lo que vino a provocar un incremento en la deuda externa de los países apoyados, como El Salvador.

Todos estos sucesos forman parte de un contexto sociocultural en el que se vio envuelto y pudo experimentar en vida Ignacio Martín Baró. Lo que lo llevo a través de análisis, reflexiones y compromiso social con las poblaciones más vulnerables, lo llevan a iniciar con su propuesta de la Psicología de la Liberación, como una respuesta al sufrimiento de la sociedad salvadoreña. Un sufrimiento que se veía reflejado en sucesos como, “la creación de los grandes latifundios permitió concentrar casi todo el poder económico en manos de unos pocos terratenientes que nunca dejaron de sufragar sus inmensas producciones a base de retribuciones de hambre y interminables jornadas de trabajo. Ni siquiera en los momentos de máximo auge económico de la actividad exportadora se consiguió aumentar los salarios de los jornaleros (Torres-Rivas, 1959). De una parte, además, los excedentes de esas exportaciones rara vez fueron invertidos en algo que no fueran suntuosos lujos o el mantenimiento de una servidumbre numerosa. De otra, los sueldos de hambre hacían prácticamente inexistente la capacidad adquisitiva y de consumo de la mayoría de la población. Todo lo cual impedía la creación de un verdadero mercado interno y consagraba el capitalismo periférico del sistema (Galeano, 1971/1996).” 2


Son estas desigualdades de la sociedad lo que llega a provocar la segmentación de la misma, en donde nos podemos dar cuanta que “son las propias características que definen a las sociedades iberoamericanas las que impiden un desarrollo integral.” 2

Esta consolidación de una estructura de poder débil pero inmóvil y aunado a las condiciones de pobreza de la mayoría de la población, se llega a manifestar en una inestabilidad socio-política. 


Como nos podemos dar cuenta la situación en la que vivió Ignacio, fue una experiencia de vida expuesta al sufrimiento de la mayoría de una sociedad centro americana, el compromiso con la justicia y el dolor de la sociedad lo llevo a tomar una postura frente a la situación de la guerra, haciendo aportar herramientas desde su trinchera como intelectual, lo que le costó la vida. Donde el “subteniente Gonzalo Guevara recordaría dos años más tardes las palabras de Benavides: <<Señores, nos estamos jugando el todo por el todo. O somos nosotros o son ellos. Estos son los intelectuales que han dirigido la guerrilla por mucho tiempo...Ya los soldados del teniente Espinoza conocen dónde duermen los padres jesuitas y no quiero testigos>>.” 2  

Referencias Bibliográficas de las Citas.

1 Benítez Manuat, Raúl; (marzo - abril 1990), “Empate Militar y Reacomodo Político en El Salvador” Págs. 73-81. Recuperado en agosto, 2010. Disponible en: http://www.nuso.org/upload/articulos/1852_1.pdf

2 De la corte Ibáñez, L. (1998) “Compromiso y Ciencia Social El Ejemplo de Ignacio Martín Baró”, Tesis Doctoral presentada en la Facultad de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, España.

3 Comisión Cívica Democrática. “Fraude Electoral y Formación de la Guerrilla Recuperado en agosto, 2010. Disponible en: http://comisioncivicademocratica.org/GUERRILLASALVADORENA.aspx
  
4 Comisión Cívica Democrática. “La Guerra Civil (1980-1992)” Recuperado en agosto, 2010. Disponible en: http://comisioncivicademocratica.org/laguerracivilsalvadorena.aspx


Reflexión Personal

Siendo este, mi primer encuentro con la persona de Ignacio Martín Baró, he quedado con un deseo grato de seguir profundizando en sus estudios y enseñanzas, tanto en sus escritos como en su propia vida. El término de Psicología de la Liberación, sin duda me ha desconcertado, si bien sus escritos y su biografía me han hecho ahondar más en la labor principal y el objetivo esencial de la Psicología Social así como, me han llevado a la reflexión, sobre la importancia de una actitud de apertura, de cambio, de trascendencia, de ir más allá de los conocimientos psicológicos establecidos.

Ignacio Martín Baró, me ha hecho pensar que el ser humano, es más que un simple ser en relación, es un impacto reflejo de su ser y de su hacer, que se encuentra en continua construcción y personalización de lo que asume y elabora, en su saber sobre sí mismo y sobre su realidad, en la que se desarrolla, lo que le va permitiendo ir encontrando lo esencial, de su verdadera auto-identificación.

Como estudiante de psicología, me ha hecho re-enfocar mi atención, poner la mirada en lo más básico de la experiencia humana, en lo esencial de lo humano, en la natura de la experiencia del hombre,  porque creo que es desde ahí, donde en realidad se puede llegar a transformar una sociedad y poniendo ahí, en medio de esa experiencia humana, las herramientas psicológicas, que favorezcan a unas construcciones de relaciones humanas sanas, a una psicología de la liberación del individuo, que lo mueva a un compromiso social-comunitario en el que su experiencia recobre esa identidad personal y social de la que hablaba el propio Martín Baró.

Me quedo con la impresión de haber iniciado a conocer a un Ser Humano, apasionado, lleno de deseos y de proyectos; descubro en su servicio, la entrega, la disponibilidad, la experiencia de vida comunitaria, el compromiso con lo humano y en la preocupación por una dignidad plena del ser humano, a un buscador, a un hombre que se permitió sensibilizarse por la vulnerabilidad de la experiencia humana.